
Volvemos a casa y tenemos que detenernos ante un semáforo en rojo. Me fijo en una plazuela llena de coches a nuestra derecha, mal pavimentada y salpicada de charcos por las recientes lluvias donde un hombre mayor de aspecto desaliñado, barba blanca de cuatro días, chandal azul marino de Carrefour y pantuflas a cuadros da vueltas mientras fuma un cigarrillo, dando una imagen de total soledad.
Se abre la ventana de una vivienda cercana y una voz cabreada, seguramente su santa esposa, le grita que tire el maldito pitillo y que pase a cenar, que no van a estar esperándolo toda la jodida noche. El hombre pone cara de fastidio, da una calada profunda al cigarro y hace un mal gesto hacia la ventana.
El semáforo se pone verde y seguimos camino.
3 comentarios:
como dice el titulo lo cotidiano o como la vida misma y ese hombre pensaria en ese momento que echo yo
y la bronca al entrar en casa....
jejejejeje.......
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