Por eso este año no me sale el cuento de Navidad, es mucha la amargura que me produce ver la sociedad en la que nos movemos últimamente. Hoy día si se presentase María y José pidiendo un lugar donde guarecerse es muy posible que un comando ultra los obligase a volver a su tierra o, al menos, a un lugar fuera de nuestras fronteras.
La memoria humana es demasiado endeble, no recordamos cuando hace no más de cincuenta años los españolitos buscaban el pan fuera de nuestras fronteras y se subían al tren cargados con una maleta de madera o de cartón esperando llegar a un lugar donde encontrar lo que aquí siempre se les negó. Pero si dices esto ahora, te responden que " antes se emigraba con papeles ". ¿ Papeles ?, como no fuese el de periódico con el que se envolvían los bocadillos de tortilla o de chorizo... Chamizos con un camastro en la sexta planta sin ascensor de una casa en París donde nuestras paisanas caían rendidas después de innumerables horas de quitar la mierda en la casa de madame o chabolas en una ciudad perdida de Alemania donde la gente se hacinaba después de dejar el alma en una máquina. " Vente a Alemania, Pepe ..."
Por eso repito que la memoria es endeble y el agradecimiento no existe si uno se da cuenta como hemos tratado a los mal llamados " sudacas " que han venido a quitarnos los trabajos más rastreros, no recordando como acogieron a miles y miles de españoles tras la guerra civil en México y el resto de los países. Si uno pregunta hoy día si sabemos quien es el general Lázaro Cárdenas muy pocos sabrán que fue el que acogió a los refugiados republicanos que huían de nuestra Paz. Memoria y gratitud, cero. De México a Argentina nos abrieron las puertas para quitarnos el hambre y el miedo que arrastrábamos en la huida.
Nos creemos los reyes del mambo, nuevos ricos de pacotilla y ahora crecen como espuma los seguidores de las facciones más ultras de nuestro espectro. Como ese concejal andaluz que de día anda recogiendo en las calles a inmigrantes para hacerles trabajar en condiciones miserables, el mismo que por la noche arenga en los mítines de su partido en contra de los que ha explotado el resto del día, exigiendo que se les expulse en caliente.
Bueno, perdonad porque esto es una panfletada y me temo que no tengo tiempo ni ganas de escribir mi cuento navideño de cada año. Cero risas.
1 comentario:
Que pena que no haya cuento
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