domingo, febrero 08, 2015
los viernes, martirio
El ruido que hace la tele a todo volumen apenas puede con el que hace el grupo de personas que está en torno a la mesa que hay en mitad de la sala de la taberna del pueblo. Compite con este barullo el repique de las fichas del dominó contra el marmol de los veladores, los tacos como perdigonazos que sueltan los jugadores, la vieja cafetera que jadea vapor asmáticamente y de todo ello brota una mezcolanza de sonidos que no permite entenderse a los allí reunidos.
De pronto, se oye el estrépito de una silla que cae al ponerse en pié uno de los reunidos en torno a la mesa del centro de la sala. Cruza esta de tres zancadas hasta la tele y la apaga, le dice al tabernero que controle la cafetera y vuelve a la mesa, levanta la silla del suelo y se sienta a horcajadas, da una manotazo sobre la mesa y les dice a los jugadores que se metan el dominó por donde les quepa, pero que se callen todos.
Este hombre, barbas de cuatro días y la colilla pegada al bigote, la boina desmayada sobre la oreja derecha, camisa de cuadros comidos por mil soles, pantalón de pana y botas embarradas de las que no se sabe el color es el Ambrosio, el alcalde de esta pequeño poblachón cercano a Almansa. Rebaña con la yema del pulgar el azúcar de la taza de café y mira de uno en uno al grupo que se sienta en torno a su mesa.
Se hace el silencio como por arte de magia. Ambrosio se vuelve hacia su derecha y le pide a la secretaria que haga un balance de la situación económica del pueblo. Adelina, una rubia fondona, se cala las gafas para leer el informe, da un suspiro, apoya los papeles sobre la pechuga y dice " Nada, no hay nada. El pueblo no tiene ni un duro y ahora de Toledo no nos llega ni el aire ".
" Entre todos tenemos que buscar una solución " dice Ambrosio. " Vecinos, las cuentas del ayuntamiento van de mal en peor. La agricultura está por los suelos, el ganado de capa caída, la fabrica de botijos ha quebrado y el cementerio ese de los nucleares no nos ha tocado, así que no hay modo de hacer frente a nada, no tenemos ni para pagar la luz de las calles y, a este paso, la Santa se va a quedar sin fiestas este año ".
" No, eso sí que no ", grita el curita sentado frente al alcalde. Delgado, todo nuez y nariz, todavía joven a pesar de los cuatro pelos que tiene sobre la coronilla. " Solo nos faltaba no hacer la fiesta de la Santa. Aborto libre, divorcio a destajo, los maricones despendolados por todas partes y ahora esto. Vamos camino del caos ".
" No hay que perder el ánimo, debemos ser positivos. Solo hemos de buscar entre todos algo nuevo, que dé vida a este pueblo " dice la señora maestra, una cuarentona morena teñida de caoba, con los pechos luchando por no romper la blusa de flores, las nalgas bien asentadas sobre la silla, feliz con el recuerdo de la pasada noche que lidió con un toro bravo, un negrazo de los que hacen faenas en las viñas y al que da cobijo entre sus sábanas de vez en cuando.
" Pues yo creo que podemos buscar la solución en las nuevas tecnologías, la gente cada día está más metida en eso del Internet. Desde que tenemos el cibercentro en los bajos del Ayuntamiento, hasta las abuelas manejan el ordenador...y alguna hasta ha ligado y todo " dice Pedro el alguacil, al que ahora llaman empleado de servicios múltiples y que lo mismo encuentra una fuga de agua, que reparte bandos o se encarga de que los televisores de los viejos no fallen.
" Yo apoyo la posibildad de difundirlo por internet", dice el curita, " no es que sepa mucho del tema, pero hay cantidad de cosas que se venden ahora a través de eso, ya sabeis turismo rural, viajes y todo lo que se quiera ". " ¿ Que él no sabe nada, pero si todo el día está ligando y hasta tiene un perfil en una página de contactos " cuchillea el alguacil al oido de la maestra.
" Pero aquí poco tenemos, la casa de turismo rural no va bien y no tenemos castillo, ni ermita románica ni nada que ofrecer. Solo el viacrucis viviente de la Cuaresma, pero solo viene a verlo cuatro monos de los alrededores ".
" Eso podía valer, dice el alguacil, ¿ habeis oido que por internet se subastan cosas ? ". Todos se miran entre sí con cara de sorpresa, se elevan las voces a un tiempo hasta que un nuevo manotazo del alcalde hace el silencio. " Pues si, podemos organizar los viacrucis pero con más aliciente, por ejemplo, podemos subastar el puesto de Cristo en algún sitio para personas que quieran emociones fuertes, anunciándolo como tortura en vivo, latigazos, golpes y con corona de espinas auténtica y que haga buen daño. Todo un día recibiendo golpes, azotes y siendo el centro de la tención de todo el mundo y, además, sin problemas legales. Y podemos añadir los puestos de los dos ladrones, el Dimas y el malo. En principio lo montamos los fines de semana de la Cuaresma y si las cosas van bien, podemos ampliarlo ".
" Estás loco, dice el curita, eso es profanar nuestra religión. Es blasfemia pura y dura Además no querras que la Cuaresma llegue hasta navidades ".
" Atiéndase a razones señor cura, puede tener razón, dice la maestra, que hay mucho degenerado suelto, ¿ no hay gente entre los yanquis que paga por ir a pegar tiros los fines de semana vestidos de guerrilleros ?, que eso lo ví en la tele ".
" Además se puede organizar con cuatro duros. Las ropas y las cruces las tenemos ya de otras semanas santas, como látigos se pueden usar las trallas de las mulas, estacas sobran en las cuadras de las bestias y espinos para hacer coronas tenemos los que queramos en los campos. Y tíos bragados para dar palo tenemos más de uno y así los desfogamos y no tienen que arrear estopa a sus mujeres cuando están con una copa de más. Y seguro que salimos en todas las teles y pronto hay cola de candidatos a recibir caña. Todo es cuestión de promocionarse por internet. Se subastan los puestos de Cristo y los ladrones , tres personas por fin de semana, con un total de seis o siete fines de semana en total durante la Cuaresma y quien sabe si podemos montarlo todo el año, si todo funciona ".
Don Ruperto, el médico, callado hasta entonces pone el grito en el cielo " Para nada, que me va a tocar trabajar como una mula todos los fines de semana, curando a esos locos. Solo faltaba eso, tener que trabajar a mis años ".
" No hace falta, se subasta el puesto de Cristo a los que quieran sado en vivo, se les obliga a hacer un buen seguro y está todo listo. Se adecentan casas para los turistas y pronto tendremos el pueblo lleno de curiosos. Con cuatro perras ponemos todo en marcha y a vivir bien todo el pueblo ", remata el alcalde.
" Pero no podemos ampliar la Cuaresma, no se os ocurrirá hacer eso en el resto del año canónico, seguro que nos excomulgan ", dice el curita.
" Nada, nada, hay que estudiarlo bien, todo es cosa de saber organizarlo y promocionarse bien en esos programas de marujas de la tele y, a partir de ahora, podemos montar este tinglado Y ya tenemos slogan: LOS VIERNES, MARTIRIO ".
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