" Como premisa he de decir que fui un niño muy feliz, a pesar de que apenas tenga recuerdos de ningún juguete. Eran tiempos difíciles, los primeros años de la postguerra y a los niños de mi calle se les regalaban pocos juguetes. Casi ninguno.
Solo tengo recuerdo de tres juguetes. Dos reales y el otro, como se dice ahora, un juguete virtual.
El primero, un tambor de hojalata que me regaló unos Reyes una vecina de la calle Nogal, la señora Brígida. Mucho ruido debí hacer con él por el pasillo del portal de la abuela Clemen porque me lo quitaron pronto. El otro, un balón de futbol ya usado que me lo trajo el tío Elías porque se lo dio el señor Delfín con el que trabajaba en un portal remendando zapatos y poniendo medias suelas. Grandes partidos jugamos con él en la calle.
El tercero, el regalo virtual, era una bicicleta que todos los años me prometía mi abuela, siempre y cuando le tocase la lotería de navidad. La pobre murió sin poder cumplir su deseo pues nunca le tocó. Pero no había bici más deseada entre los niños de la calle Nogal y todos los años, en llegando las navidades, hacía planes y le hablaba de ella a los amigos. "
2 comentarios:
Poder con los pantalones eran a medida jjjjjjjj
Poder no me deja mandar nada
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