AL FINAL, ERA UN SAPO

I. El pasado día 28 de diciembre, fiesta de los Santos Inocentes, ha sido la que creía ser mi última jornada de trabajo. Al cabo de 37 años y casi tres meses de haber empezado a trabajar, he conseguido la jubilación anticipada que,si todo sigue su curso normal, será efectiva a partir del próximo día 2 de enero. No voy a contar toda mi vida laboral pero, a la largo de tanto tiempo, me ha quedado un poso inmenso de buenos recuerdos, más sinsabores de los deseados y la sensación de que nunca he abandonado los pobres y pisoteados ideales con los que comencé a trabajar, influenciado por aquel mayo del 68 que viví sin saber que lo vivía, pero que impregnó nuestra forma de ser.

Desde mis comienzos como medico "chicoparatodo " en una clínica burgalesa a donde llegué una mañana nevosa de octubre del 75 hasta el último trabajo a lo largo de estos cuatro años en un centro de salud rural alicantino de todo ello, lo que verdaderamnente recuerdo y añoro, es la etapa en que compartí con los Autistas de Burgos sus afanes y su forma de hacer bien las cosas por parte de todo el personal que trabaja con ellos. Y compañeros inmejorables que me han marcado y ayudado encabezados por Papá Josetxu que me inició en la profesión cuando estaba totalmente perdido hasta el último abrazo a la puerta del Centro de Fernando, del que me separé violentamente para no romper a llorar como un gilipollas.

 

Y menos mal que no estaba Lola presente. O Yola y Dori. O Encarnita, que está enferma en casa, a la que llamé para decirle hasta pronto y que amenazó con quitarse el pijama y venir corriendo a decirme adios. El viernes a mediodía me estaban esperando Alfonso y Félix a la salida del trabajo para recoger mis libros, las cuatro cosas más que me quería llevar y, sorpresa, me llevaron a comer frente al mar, en el puerto de Alicante. Como regalo en plan de coña me tenían preparado un paquete....con un tostador de pan. En casa necesitábamos uno pero cuando lo quise comprar el día antes, Alfonso dijo que nada, que a esperar a las rebajas.

 

Risas, buena comida, dos botellas de albariño " Martin Codax " e innumerables chupitos de crema de orujo convirtieron la tristeza del adios en una tarde esplendorosa. Y de este modo uní mi Galicia natal con la tierra levantina de la cual ya me siento que formo parte. A la salida, la mar en calma y dorada por el sol de la tarde fue el broche perfecto. Imagino que esto solo me importa a mi, pero quiero dar rienda suelta a los sentimientos y pienso que a alguno de los que me aprecian le gustará leerlo. Desde que comenzamos a barajar en casa la posibilidad de jubilarme hasta el momento de conseguir de manos de una funcionaria adusta el decreto firmado que me permite dar el pistoletazo de salida han pasado varios meses llenos de dudas, pero con el deseo firme de tirar para adelante.

 Me voy cansado, más que cansado desencantado y con la sensación de que se me ha echado de un trabajo que me gusta, o que me he dejado derrotar pero las circunstancias actuales no son lo más propicias y no estoy dispuesto a seguir toreando con la frustración de la gente. Pienso que tengo derecho a vivir feliz y sé que con Alfonso cerca esto está chupado. Nuevas ideas, deseos de hacer cosas y la misma ansia de siempre de no parar, que el cuerpo siga envejeciendo como es menester pero conservando la cabeza fresca, las ideas de compartir en su sitio y las mismas ganas de ser pulga cojonera. Y cuando esto se acabe, que me den un golpe en el cogote como a los conejos. Me sentía como el chico de la peli que besa a la rana del estanque y se convierte en una bella princesa.

 II. El día 2 me levanté con impaciencia porque era cuando tenía que tramitar los papeles y hacer efectiva la jubilación. Previsores, ya teníamos la cita concertada con 15 días de anticipación. Pero a media mañana salta la alarma. Me llama Fernando y me pone en contacto con los amigos del sindicato para que me informen. Nuestro jodido gobierno se saca de la manga un decreto-ley el último día del año en el que se postpone el acuerdo firmado con el anterior gobierno bloqueando las previstas jubilaciones anticipadas. De todos modos, y de momento, hay tibias esperanzas porque me han admitido el expediente a trámite.
Esta tarde me hacen una encerrona y un puñado de maravillosos amigos, juntos con sus críos, los niños que he cuidado, me organizan una fiesta. Al llegar y ver la movida me sentí paralizado al pensar que toda esa fiesta podía ser por nada, que les podría provocar un gran desencanto, pero no fue así. Nunca me sentí más querido y arropado que con ellos. Como fin de fiesta aparecieron con un carrito de la compra con el kit del jubilado, con regalos llenos de ingenio que se curró a tope la querida Yolanda. Una fecha para no olvidar jamás.

Pero seguimos impacientes y el día 4 Alfonso comienza a moverse y nos pasamos por el departamento de Personal de mi antigua empresa. Nadie sabe nada de momento, una funcionaria despistada y muy voluntariosa comienza a indagar. Conclusión: a mediodía me dicen que he de reincorporarme de nuevo al trabajo y me firman la readmisión. El lunes. al curro.

Ahora e esperar otros tres meses de incertidumbre al cabo de los cuales este Gobierno puede hacer lo que se le ponga en el forro de los cojones. Todo, menos dejarnos en paz. Y como siempre, sin importar nada las ilusiones de cada uno, a fin de cuenta no somos más que monedas de tragaperras y hacen lo que quieren con nosotros. Mientras se lo permitamos.

Al final, resulta que el chico de la peli que beso a la rana pensando que ocultaba una linda princesa, se encontró envuelto en la baba del sapo, que ni de una rana de trataba.