domingo, marzo 30, 2014

No más de 160 palabras cada relato

" CARACORTADA "

" Caracortada " tiene una melena pelirroja que parece una llamarada de fuego, la cara atravesada por una cicatriz zigzagueante como una culebrilla que se mueve cuando suelta una risotada. Es muy joven, " está en la vida desde niña" como me soltó a poco de conocerla y cada dos por tres  lleva a su niño al consultorio de la beneficencia   y me busca, tal vez porque me ve novato y asustadizo. "  A ver a quien se parecerá este hijo de su madre ", me espeta. Pero el crío poco a poco va levantando cabeza a fuerza de crisis por su parte y de interés por la mía. Una noche, después del enésimo susto, " Caracortada ", se planta ante mi con los brazos en jarras me dice " Mire doctor, estoy muy agradecida por lo que hace por mi hijo pero no tengo ni un duro. Así que, si quiere, le puedo regalar un servicio completo. Con dormida toda la noche ".




EDUARDO

Eduardo entra en mi consulta acompañado de su madre. Lo de siempre. Los mocos que no se quitan. Pero eso a él no parece importarle hoy. Ni nunca. Eduardo tiene unos siete años, la cara sembrada de pecas, delgado como una vara, un mechón de pelo lacio caído sobre los ojos. Acuesta todo el cuerpo sobre la mesa que nos separa, aparta de un manotazo el pelo que oculta sus ojos vivarachos para mirarme fijo a la cara y me cuenta sus cuitas. " Mira médico, tengo un problema tremendo. Resulta que estoy por Beatriz y me ha dicho que sí quiere ser mi novia, pero también ha dicho lo mismo a mis mejores amigos. A mi ella me da igual, chicas hay a patadas en el " cole ", pero ¿ como voy a enfadarme y perder a mis mejores amigos ?. Y no me quedó más remedio que darle la razón. A los mocos, ni caso.





MARIA

María sube las escaleras corriendo, seguida de su madre diciendo que no sea tan alocada. No necesita llamar, la abuela la espera con la puerta abierta. Como un torbellino entra en casa buscando la sala donde están esperando " los reyes ". Una enorme caja alargada es lo que más llama su atención. Rasga el papel de colores y en la caja hay una muñeca tan grande y tan rubia como ella.  
" Compre la que me has dicho, la más cara. Además hace de todo " dice la abuela a su nuera mientras esta musita entre dientes " muérete, tía  roñosa ". Las dos se sientan a la camilla contemplando como María sigue abriendo los restantes paquetes.    
María deja los regalos a un lado, se sube a la caja de la muñeca y se pasa el resto de la tarde jugando a los camiones, ignorando la maravillosa muñeca. La abuela, disimulando la risa, mira a la nuera y piensa " Jódete, so creída ".





PAULA

Paula camina errática por la orilla de la playa. La tarde es desapacible, la mar está bronca, pero la verdadera tormenta estalla en su cabeza, pensamientos violentos la cruzan retumbando como truenos y visiones de muerte culebrean tras sus ojos grises como rayos lanzados por la mano de un dios vengativo obligándola a clavar sus pies con furia en la fría arena. Se queda quieta, dejando que estos se hundan y los laman las olas que van a morir en la orilla, notando como el frío y la humedad ascienden por su cuerpo.  
De pronto sacude la melena con energía, se frota los ojos como si quisiese borrar la negrura de su interior y abre la bandolera. Rebusca en su interior hasta encontrar las cajas de psicótropos y las lanza al mar con fuerza. Y corre hacia el chiringuito en busca de la paz tan deseada y de una cerveza muy fría. Se siente liberada.

 


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