sábado, octubre 26, 2013

Este blog, puerto de de acogida

Este blog se ha convertido en puerto de acogida. Por primera vez el escrito que va a continuación no es mío, sino de un excelente amigo con el que he compartido muchos buenos momentos a través de internet. Es tan desinteresado que pretendía que figurase esta entrada como si fuese mía propia y tras un tira y afloja, accedí a darle entrada pero con la advertencia de que el autor es él, " Pepito Grillo " un maño bueno en el sentido que le daba Machado a la palabra bueno. En un principio me brindó la idea del relato para que lo desarrollase yo, pero lo dejé dormir en el cajón de reservas hasta que recibí el suyo propio que, como es lógico, está muy por encima de como lo hubiese podido escribir yo.
Ahí lo tienes. Disfrútalo tanto como lo he disfrutado yo.









Dedicado a VGM por todo 
 
 
Se encontraba sólo en aquella bella ciudad del Atlántico español, acababa de deshacer las desgastadas maletas cargadas únicamente con kilómetros, después de que en los últimos tiempos se hubiera convertido en el comodín de la empresa y se acercara hasta todos los lugares donde pudiese existir una buena opción de negocio. A él no le importaba y además le venía bien ganar un poco más de dinero. Ahora disponía de tiempo, puesto que ya no tenía ninguna atadura y necesitaba huir, olvidar, salir de la monotonía...Quizás por todo eso se sentía feliz al cambiar de aires cada cierto tiempo, para no pensar siempre en lo mismo y para conocer a alguien que pudiera sustituir a esa persona que ya no estaba y que tanta huella le había dejado.

 
 
 
Se le podría definir como una persona tranquila, sencilla, resuelta, alegre y jovial a la que le encantaba la naturaleza y el aire libre, reunirse con los amigos y charlar animadamente alrededor de una buena comida, se podría decir que era persona noble que disfrutaba haciendo feliz a los demás, con un gran don de gentesPero desde que todo sucedió, su sonrisa se había encogido y casi borrado de su cara, encerrándose más en sí mismo y en el trabajo, dejando a un lado todo por lo que habían luchado…como único amigo de viaje, un gastado cuaderno de dibujo en el que vaciaba todo su hermetismo y su espíritu creador. 
 
Aquel atardecer, estaba sentado en una terraza del paseo marítimo, tomando un tranquilo café, ojeando los titulares del diario y levantando ligeramente la cabeza de cuando en vez, al escuchar romper las olas en la arena. Casi había anochecido, sin embargo la luna llena dotaba de una enorme claridad al ambiente. De repente, le pareció ver que, a lo lejos, al fondo se iluminaban algunos puntos de la playaeran hogueras. Ahora caía, a veces se olvidaba en que día vivía, se trataba sin duda de las hogueras de San Juan; recordaba como de pequeño en su pueblo Castellano los más mayores pasaban descalzos sobre alfombras de ascuas incandescentes para celebrar la llegada del verano. 
 
 
 
De repente, movido por alguna fuerza interior se puso a caminar, hasta llegar a la cala donde se encontraban aquellos puntos de luz; se trataba de un espectáculo digno de ver: casi medio centenar de hogueras con cuadrillas de gente alrededor, charlando y riendo…otros cantando y los más contemplando como las llamas consumían las pilas de madera amontonadas de forma estratégica para que el fuego perdurara durante varias horas. La brisa marina hacía que la noche se maquillase de un encanto especial, que hacía que se olvidasen todas las cosas, todo era agradable, era como si el fuego hubiese detenido todo a su alrededor…sin pensarlo dos veces se descalzó y entró en la blanca y fina arena, sintiendo su tibio cosquilleo en los pies. Observaba todo lo que ocurría su lado, el fuego le había atrapado, paseaba sin rumbo lentamente con la arena hasta los tobillos, observando todos los detalles, percibiendo el bullicio existente, el trasiego de gente, las risas, el chasquido de las hogueras, el colorido del fuego…cuando ya había hecho un recorrido físico y visual por toda la playa se sentó en un punto donde abrió su inseparable cuadernillo y con un carboncillo esbozaba los primeros trazos de una nueva experiencia. 
 
 
 
Se sentó a pocos metros de una hoguera, que junto con la luna llena le ofrecía la luz necesaria para definir perfectamente todos los detalles, su vista iba de un lado a otro y podía ponerse a dibujar todo lo que ocurría a su alrededor, había aprendido a intentar captar los momentos e instantes cotidianos, se había especializado en dibujar la realidad de las cosas, la verdad y los detalles diarios de la vida, quizás porque pensaba que en ellas estaba la esencia de la misma y había que disfrutar cada momento por insignificante que pudiese parecer...ya había esbozado toda la trama y una vez más levantó la cabeza para poder perfilar con la punta del lápiz un detalle, cuando sus ojos se perdieron en otros ojos marrones, que debajo de unas gafas, donde se reflejaba de forma perfecta la llama del fuego, estaban llenos de vida y le miraban fijamente. 
 
 
 
 
Lejos de sentirse mal o turbado, experimentó un efecto de seguridad que se apoderó de su cuerpo, teniendo la sensación que era una mirada que conociera de toda la vida, de alguien familiar, pero no podía ser, no conocía allí a nadie…tras estos primeros momentos descubrió que se trataba de un hombre mayor, vestido con amplias ropas percibiendo la redondez de su cuerpo y la amplitud de su torso…No podía creerlo, no sabía si era su subconsciente pero se parecía de una forma extraordinaria a su ángel perdido…Sentía la necesidad de mirarlo fijamente, no le importaba que sus pupilas se cruzaran, alguna extraña razón le animaba a hacerlo, necesitaba dibujarlo, así que se dispuso a afilar su carboncillo y a pasar hoja, cuando de repente se dio cuenta que se había desvanecido, era como si se hubiese mezclado con el humo de las hogueras y esfumado en el ambiente…no era posible estaba allí hacía un minuto…intentó hallarlo entre la gente pero fue inútil y tuvo la sensación de volver a sentir esa locura que a veces se apoderaba de él, pero esta vez no, estaba seguro que se trataba de alguien real….. 
 

 
 
Decidió cerrar su cuaderno de dibujo y marcharse al hotel, pero cambió rápidamente de idea al darse la vuelta y descubrir la silueta de aquél hombre misterioso al lado del paseo, parecía como si le estuviese esperando…sin pensarlo dos veces hecho a andar hacia él, era como si quisiera encaminarle hacia algún lugar. Ya se habían alejado de las hogueras y el extraño, aprovechando una pequeña barca de pesca, encallada en la arena, detuvo sus pasos sentándose en el suelo apoyando su espalda contra la descolorida madera…se encontraba a una distancia prudencial pero su corazón se le había acelerado de forma nerviosa, quería saber más cosas de aquel misterioso ser, que sin querer le había sumergido en un mundo por el que hacía mucho tiempo que no transitaba, le había dado una razón para volver a sentir. Cuando estaba a escasos cinco metros aquel hombre, moviendo sus manos con aire amable le dijo.-“Hola, no tengas miedo, no voy a hacerte nada, puedes acercarte y dibujarme me llamo Juan Manuel, pero todos me conocen por Xoan”. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Agradeciendo en silencio, aquella infinita amabilidad se arrodilló delante de aquél enigmático ser y empezó a dibujarlo, su mano se movía como un torbellino que esbozaba, trazaba, definía una y otra vez todo lo que tenía delante…era como si de repente hubiese encontrado a su musa, a esa que había perdido hacía ya tiempo…ahora que estaba tan cerca podía apreciar todos sus detalles, su calvicie y la redondez de su cabeza, con las venas marcadas en sus sienes y arrugas en su frente, de tez morena que contrastaba con la blancura de su poblada barba, de cara redondeada tenía una nariz pequeña en armonía con el conjunto, sus ojos de una viveza e intensidad mayor a la que había visto detrás de las llamas y una mueca sonriente que le aportaba un plus de serenidad, se perfilaba a través de unos labios gruesos y carnosos; del resto del cuerpo resaltaban su poderoso cuello, su rechonchez y su fuerte y amplio torso cubierto de fino vello que se escapaba libre por la apertura de su desabotonada camisa de lino. 
 
 
 
 
 
 
 
 
Tenía la sensación de conocerlo toda la vida, se sentía a gusto dibujando a aquél modelo improvisado, que se había acercado a él como un ángel…se dio cuenta que no le había dicho una sola palabra, y sin embargo ardía en deseos de conocerle algo másfinalmente sus labios pudieron emitir un: “muchas gracias por darme tanto”,…como si de un pistoletazo de salida se tratara, le siguieron miles de palabras y de frases con las que le abría su vida a aquel extraño, que sin embargo y con el paso del poco tiempo que llevaban juntos, se había convertido en alguien cercano, casi un amigo de toda la vida…se había producido un efecto de simbiosis entre ambos que le resultaba difícil de comprender, quizás provocado por la mágica noche de San Juan, o por el embrujo de la brillante luna en lo más alto del firmamento.
 
 
 
 
Mientras seguían conversando, iba terminado el dibujo perfilando minuciosamente cada uno de los detalles y pensando que aquel bonito sueño estaba a punto de terminar, sin saber como alargarlo…Cuando estuvo concluido contempló en silencio la obra y vio como sonreía Xoan, con un brillo especial en sus ojos. Preguntó a Xoan si podía sentarse a su lado para enseñarle el retrato, y éste abrió su brazo derecho invitándole a acomodarse allí, lentamente se colocó a su lado y cerrando los ojos aspiró su aroma, que le resultaba extrañamente conocido, qué a gusto se sentía acogido por aquel fuerte brazo, recuperando unas sensaciones que ya parecía haber olvidado….  
 
 

 
 
De repente sonó un ruido, algo así como la sirena de un barco desde lejos, que cada vez se hacía más fuerte, y abrió los ojos envuelto en sudor, enrollado en las sábanas de la cama del hotel, tardó en reaccionar pero se dio cuenta que todo había sido un maravilloso sueño causado por el cansancio, parecía tan real lo había vivido y sentido de manera tan fuerte… pero no podía ser, maldijo su suerte y la vuelta a la realidad y al trabajo. Sin embargo tras mirar la agenda de su móvil, esbozó una sonrisa, a la que le siguió una carcajada, al darse que cuenta que le marcaba el día 23 de junio, día de las hogueras de San Juan, quién sabía si al fin y al cabo todo estuviera por venir.… 
 
 
 


 

 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola buenas tardes, muchas gracias por todo.

Álvaro dijo...

A quien corresponda: Es precioso, muchas gracias ;-)