sábado, octubre 08, 2011

En la consulta del oftalmólogo


" Siéntese ahí y apoye firme la barbilla y ponga la frente contra el soporte ". " Perfecto, ¿ está cómodo ? ". " Mire atentamente hacia el centro de la imagen ".
Obediente, no hay que olvidar que estás en la consulta del médico que, además es de pago, sigues todas sus indicaciones e intentas relajarte un poco, pero no mucho, hay que reconocer que estos sitios siempre imponen y tienen algo de mágico, o al menos así lo piensas dada tu propensión a la novelería.
" Fíjese en la imagen central y procure no parpadear ni desviar la mirada " escuchas a tu lado. Es el médico quien te habla en un tono entre envolvente y enérgico. " No se preocupe, si no sale bien la primera vez, lo reptiremos cuantas veces sea preciso ".
Mientras guiñas un ojo con el otro te fijas en la imagen que hay ante ti. En el centro de un tubo oscuro se abre una imagen clara: una casa amarilla rodeada de un campo verde se divisa al fondo de una valla que encierra un camino que converge hacia la puerta de la casa La imagen se mueve y parece como si la valla avanzase hacia la entrada de la casa blanca situada al fondo. De pronto crees divisar algo más pero la voz te manda cambiar de postura.
" Va todo bien. Ahora, sin dejar de mantener la barbilla fija y la frente apoyada mire con el otro ojo ". Lo dicho, hay que obedecer e intentas hacerlo lo mejor posible.
La misma imagen anterior pero ahora estás más alerta y procuras fijarte bien en la imagen que se mueve. Una mujer parece asomarse a la ventana del piso superior y agita los brazos con desesperación como si pidiese ayuda, mientras tras ella se ve la imagen de un hombre con una mano en alto en la que brilla algo. Parpadeas como si no vieses bien y retiras la cabeza.



El médico te dice que tranquilo, que la prueba va bien y que apoyes de nuevo la cabeza. La imagen del fondo ha cambiado. La valla blanca sigue acercándose a la casa, pero la ventana está vacía y ante la puerta se ve la imagen de la mujer caida sobre una mancha roja que se va extendiendo lentamente. Por el fondo se ve la sombra de un hombre que huye mientras tira algo al suelo.
Vuelves a retirar la cabeza y de nuevo la voz del médico, esta vez con un tonillo de impaciencia te indica que lo intentes de nuevo. Fijas la mirada y ahora la casa esta sola y la ventana se ha cerrado, no se ve a nadie a su alrededor pero ante la puerta permanece, delatora, la mancha roja.
" Perfecto. Todo está bien. Pase por la secretaria para que le den la próxima cita. Te despides confuso y sales de la consulta echando mano a la cartera. Mejor no decir nada, piensas al salir.

2 comentarios:

pequeño dijo...

moraleja mejor no vallas al medico je je je

cal_2 dijo...

No, si eso se te da a ti muy bien jejeje