Impresiones

Ayer ha inagurado Alfonso una exposición de parte de sus fotografías en Valladolid con el nombre de " Impresiones ". Si entras en Google y pones Alfonso Cimas verás que aparecen muchos enlaces para acceder a la información.
Todo partió de una liada de nuestros grandes amigos Begoña y Jose Andrés, más que amigos auténticos hermanos del alma, que se encargaron de poner los perros en danza para que Alfonso se animase a la tarea y que fueron los artífices de toda la organización. Buscaron el local donde exponer, hicieron los carteles, se encargaron de distribuirlos por todo Valladolid y, en especial, de buscar amigos para que nos acompañasen en el acto y de conseguir que un gran pintor como Sierra hiciese la presentación. A este lo conocíamos de aquellas viejas épocas en las que se organizaban cenas en las buhardillas para comer tortilla de patatas acompañadas de " maría ", años donde esa palabra tan obsoleta como solidaridad era la que reinaba en todos los ambientes.
Alfonso recordó sus años de juventud en Valladolid de los que tenía bellos recuerdos pero no viejas añoranzas y se remató con la interpretación a la flauta de la " Meditacion de Thais " por Diana, una cría encantadora que tocaba la pieza con todo su entusiasmo juvenil mientras María, un maravilla de ojos enamoradores, servía de atril viviente.
Después lo normal en estos casos, asaltar la mesa preparada con las empanadas de Begoña, casi tan buenas como ella, o los pasteles de cabracho que preparó Belen, a pesar de no conocernos ( pero es que Begoña es mucho Begoña ), darle al clarete y hablar unos y otros. Por la tarde, ya más en familia, nos fuimos todos a comer a una bodega en Mucientes para llenar la tripa y calmar los ardores de este tiempo con Cigales bien frío mientras el querido Felixín lanzaba vivas y brindis al " artista " con riesgo de que este lo estrangulase porque siempre ha luchado por pasar desapercibido.
Fue un dia inolvidable que mal puedo explicar con estas líneas. Y alguién estuvo presente en todo momento, aunque no físicamente, pero para los que nos conocen y nos quieren no hay más que decir que es una de nuestras estrellas, a las que saludamos cada noche antes de acostarnos. La Pilarina habría estado feliz como una reina viendo disfrutar a su hijo y me la imagino corriendo de un grupo a otro, hablando con todos, reidora y alegre. Y como decía ella " si no tengo razón, no me la des ".