Catorce de Septiembre

14 de septiembre de 1972. 4 de la tarde, de una tarde de finales de verano con esa luz que tiene la tierra de Castilla antes de que lleguen los fríos y las nieblas. En un parque, en el Campo Grande de Valadolid nos conocimos, tal como cuento en otra parte del blog. Desde el primer momenmto sentimos en que éramos inseparables, ese denostado amor a primera vista, un flechazo en toda la regla. Los primeros proyectos en común cuando paseábamos al atardecer por los caminos de las afueras de la ciudad iluminados por el fuego de las hogueras encendidas en los sembrados para quemar los rastrojos, con el cielo de color carmesí y los ojos llorosos no sé bien si por el humo o por la alegría.
1973. 1974. 1975. Desembarcamos en Burgos. 1976. 1977. 1978. 1979. 1980. Terminamos los estudios. 1981. 1982. La casa de Fuentes Blancas, nuestra primera vivienda propia ( bueno, en esa época era de la CACCO....bonito nombre para una entidad bancaria....). 1983. 1984. 1985. Los primeros perros. " Amigo " , " Broncas ". 1986. 1987 " Gilda " la gata que mien tras vivió fué la reina de la casa. 1988. 1989. " Tres ", " Ledo", "Momo ". 1990. 1991. 1992. En todos estos años, los amigos, un puñado de buenos amigos que se han hecho parte de nosotros. 1993. 1994. " Puck " y el " Siete " los dos perros más maravillosos que tuvimos. 1995. 1996. 1997. Descubrimos la ópera. 1998. 1999. 2000. El camino de Santiago, que experiencia más maravillosa. 2001. 2002. 2003. ¡ Mierda ¡, se nos va la primera de las estrellas. 2004. 2005. 2006. Trabajo en el Levante. 2007. Se va nuestra otra estrella de un modo tan rápido para no incordiarnos, siempre libre hasta el final. Nuestra segunda vivienda, ahora en el campo de Alicante. " Dante " , el loco de " Whalter " y la nueva " Puck ", que entró de rondón en nuestra casa y se hizo la dueña. 2008. 2009.
14 de septiembre de 2010. 38 años de vida compartida, de vida que no imagino vivirla si no es en su compañia. Cuando no duele una cosa, da guerra otra. La vista falla, el oido otro tanto y mejor no sigamos haciendo repaso del resto del cuerpo para no echarnos a llorar, pero seguimos junto. Y la avaricia de pedir más años para seguir compartiéndolo todo. Cuantos más, mejor.