viernes, octubre 16, 2009

Maria Corfus y Maria Lazar


En un pequeño cementerio a las afueras de la ciudad de Putna, en el norte de Rumanía y muy cerca ya de la frontera ucraniana, de pronto me llamó la atención la fotografia con el rostro de dos mujeres jóvenes que estaba situada en una tumba medio oculta por las ramas de un manzano cargado de fruta. La primera idea fue pensar que podían ser madre e hija o dos hermanas, pero me produjo una tremenda curiosidad que historia podría esconderse tras esos rostros, aunque siempre pensando que tienen que ocultar una historia triste.
Ahora, ya de vuelta a casa, al observar con calma las fechas de su nacimiento y muerte de ambas, veo que no es posible ninguno de esos parentescos citados inicialmente y que en ningún momento han podido llegar a conocerse físicamente. Se me ocurre pensar que pueden ser tía y sobrina pero lo que si mantengo es la idea de que detrás de esos rostros se esconde una historia triste. Como siempre que veo una cara que se cruza conmigo inmediatamente fabulo la vida que puede haber detrás aunque, como es lógico, siempre me confunda. Lo que si está claro que en aquellos años y por esta zona las cosas no debieron de ser nada fáciles para ellas.
La primera de las Marias con ese pelo negro, la mirada firme y aspecto enigmático le tocó vivir en plena Segunda Guerra mundial y murió con poco más de veinticinco años cuando el proyecto de un mundo socialista parecía algo limpio. Tal vez fue una partisana que luchó contra los nazis y contra la dictadura de su pais y cuando pensaba recoger el fruto de su esfuerzo la muerte se cruzó en su camino.
La otra Maria nació cuando la utopía socialista comenzaba a mostrar sus garras ocultas. Desde su infancia oyó hablar en casa de las virtudes de su tía a la que no había llegado a conocer y a la que le habría gustado parecerse. Pero en la fotografía tiene todo el aspecto de una rolliza campesina que hubiese participado en los proyectos de colectivización agraria de su época hasta llegar al 89 en la que con la caida de Ceaucescu se derrumbaron todas las utopías que habían alimentado su juventud y los rumanos empezaron a vivir libremente.
Vaya usted a saber que fue de sus vidas. Y es que uno ha visto mucho cine.

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