viernes, octubre 23, 2009

EL PAIS DE LAS PEQUEÑAS MANZANAS ROJAS


Conocer Rumania y sus gentes ha sido una experiencia cuanto menos sorprendente y muy agradable. Ignoro como puede ser el resto del año pero la época en la que fuimos, principios del otoño, ha sido perfecta en cuanto el buen tiempo nos acompañó casi todos los días y la exuberante vegetación se viste con los mejores tonos del verde al dorado. Lejos de los tópicos en los que nos movemos los mortales ni hay mendigos agobiándote por las calles, ni sensación de peligro en ellas, ni nos robaron en parte alguna o nos timaron tal como nos vaticinaban los agoreros. Incluso ni nos mordió el conde Drácula. La gente es muy amable, apenas si tuvimos un par de conflictos menores en los quince días y si alguien cree verte perdido en la calle se acerca para ayudar.
Es un pais eminentemente agrícola y en muchas partes creí retoceder en el tunel del tiempo a la época de mi infancia gallega con pueblos que huelen a humo de hogar, a ganado en los caminos y a puchero en el fuego. Hay miles de arboles frutales por todas partes, especialmente los manzanos que dan unas pequeñas manzanas rojas con un sabor agridulce que han sido mi magdalena de Proust porque creía estar hincando el diente en las manzanas que robaba en el huerto de la tía Juanita.
Hay un gran poder de la iglesia ortodoxa sobre la gente, la religiosidad se palpa en todas partes y las iglesias, como en Galicia, estan rodeadas del cementerio y entre las tumbas crecen todo tipo de flores, manzanos y nogales, por lo que no hay sensación de muerte en ellos, sino de vida.
En principio me había lanzado a contar día a día las vacaciones hasta que me dí cuenta de que era un peñazo integral. Pero si alguien está interesado por repetir este viaje al que os animo, puedo pasar información detallada con étapas y puntos de interés. Hay miles de hoteles y pensiones por todas partes y en todos los lugares y en todos ellos losa restaurantes que visitamos o la gasolinera más perdida, la limpieza es total y nos dan cien vueltas a nosotros, aunque cueste reconocerlo asi. Si a esto se une que el cambio nos es muy favorable, de momento es un viaje que recomiendo con todo empeño.

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