Dame una limosna, payo

Payo, anda, sé bueno, dame una limosna. Por favor, si eres generoso y tienes un poco de caridad, ponme un comentario dejando alguna cosita, que estoy en fase de sequía y no tengo ideas en el tintero para desarrollar. Solo eso. Dos o tres palabras de limosna con las que poder parir algo. Gracias por anticipado.



Sabe que se llama Gustavo y que ha nacido hace 38 años en Ponferrada. Que trabajaba de comercial para una empresa de plásticos. Desconoce si tiene familia o por donde andan sus amigos, porque eso no se lo han podido decir y nadie ha aparecido todavía preguntando por él. En realidad sabe muy pocas cosas sobre sí mismo y, lo que es peor, desconce todo lo relacionado con su vida. Ahora, a sus 38 años está aprendiendo a conocerse poco a poco y se siente como un mendigo que tiende su mano, en este caso, sus oidos, su cabeza, para que depositen allí la limosna de una palabra nueva para poder desarrollar la vida que encierra dentro de sí.
Lleva dos semanas recluido en la habitación del hospital. Ahora sabe lo que es una habitación y ha aprendido que representa un hospital porque le van explicando todo con paciencia infinita para que pueda de nuevo meterse en el engranaje de la vida.
Pasa muchas horas solo deseando que se abra la puerta, sí, esa superficie que lo aisla del resto es una puerta y por ella entra la vida. Cada vez que se abre, él hace lo mismo con sus ojos hasta el máximo para empaparse de lo que aparece por ella.
Caridad le ha dado todo. Cari, como ha pedido que la llame. Es rubia y un poco gordita, con una sonrisa inmensa coronando un cuerpo embutido en el uniforme del hospital. Hay más mujeres que entran a cudarlo pero de todas ellas Cari es la que hace que su corazón golpee con más fuerza.
Le ha contado como ha llegado aquí. Su coche se estrelló contra una farola a la entrada de Valladolid, no se comprende bien el motivo porque era un día expléndido de otoño castellano y el accidente fué en medio de una recta muy larga, los Puentes del Cabildo, le ha dicho que se llama. Tal vez el agotamiento por un viaje largo, aunque no recuerda de donde venía. Le cuenta que gracias a dos personas que pasaban por allí montadas en una moto y que avisaron al 112 pudieron atenderlo rápidamente y taerlo aquí, al Clínico, esas mismas personas que vienen a estar con él día a día tras el accidente. No recuerda nada, hay una cortina que tapa todo y no ve modo de apartarla. Cree que detrás de ella se encuentra su vida pero la muy jodida no deja que pueda apartarla.
Tiene muchas horas para pensar. Demasiadas horas sin poderse mover de la cama, todo su cuerpo se termina en la cintura y de vez en cuando aparta las sábanas para ver si siguen allí abajo las piernas porque no las siente. Por eso aprovecha las horas muertas para acaparar palabras nuevas que llenar de conceptos, como el mendigo ávido de limosna, la caridad que llena de nuevo su vida. Cari le ha traido dos libros, sí esos objetos rectangulares se llaman libros y le sirven para unirle de nuevo al mundo que le rodea. Uno es un viejo diccionario que usaba Cari en la escuela, el Maria Moliner y que, cuando ella tiene un rato libre en sus tareas aprovecha para irle explicando. Como es lógico han comenzado por la letra A y va poco a poco desgranando todos los vocablos para que pueda empaparse de ellos: a, able, ación, áceo, aco, achal,achon, achuelo..... El otro es un mamotreto que huele a viejo, " El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha " y cuyos personajes le recuerdan a esos dos nuevos amigos que ha ganado en esta etapa que va viviendo desde que está en el hospital. Son los dos que vieron el accidente y que cada tarde vienen a hacerle un rato de compañía, a llenar su habitación de risas y hacer que se aparten las telarañas que lo agobian.
Oye pasos fuertes aompañados de unas voces alegres que saludan a las personas que están al otro lado de la puerta. Esta se abre y entra primero Félix, cara risueña y mal afeitada, rotundo y alegre que lo abraza con fuerza preguntándole que tal ha pasado el día. Detrás, alto y serio con una sonrisa medio melancólica colgada de su cara de niño adulto viene Jose. Le dice que vienen con prisa, que se les ha echado el día encima y que hoy no pueden quedarse mucho rato. Pero Jose promete que el fin de semana vendrá con Bego y se lo dedicarán por entero. Se van commo llegaron, serio uno, el otro bullanguero el otro después de dejar la mitad superior de su cuerpo machacada con los achuchones y Gustavo vuelve a quedarse solo con montones de palabras bailándole en la cabeza.
Se va oscureciendo la tarde, la brisa mueve la cortina y espera el momento en que entre Cari, esta semana está de noche y tendrá más tiempo para estar a su lado, para que deposite una nueva entrega de palabras, para darle esa limosna de ideas que le ayuden a apartar la cortina. Ayer, antes de irse ya con el amanecer, le explicó la palabra " amistad ": anudar, entablar, hacer, trabar....relación entre amigos ". Amigos ya sabe bien lo que son. Todas las tardes vienen a darle nueva vida.
Esta noche ansia que entre Cari, se ha dado cuenta que necesita verla con todas sus fuerzas, quiere que le explique si lo que él siente dentro de sí se corresponde con una palabra que ha descubierto más abajo de la palabra amistad, quiere decirle que él cree saber que sifinica la palabra " Amor ".

Bueno, esto es lo que he podido urdir. Pero la culpa es vuestra, hermano pequeño y libre albedrio....ojalá supiese hacerlo mejor.