martes, febrero 05, 2008

Bendito sea el " Tranki "


¿ Sabes lo que te digo ?. Que ya no aguanto más. Por mí como si le dan por culo a esas tías, pero yo no vuelvo a trabajar con ellas. Ya estoy harta de que me puteen y me hagan de menos en todo, de que se rían de mí porque estoy enferma. Yo no tengo la culpa de lo que me pasa, ni de sentirme tan mal. Siempre me lo han dicho. Que no valgo nada. Que nunca lo he valido. Mi madre lo repetía continuamente: " a ver si aprendes de tu hermano que es tan listo y ha terminado para abogado y tú ahí, pinchando culos ". Y cuando buscaba un beso suyo, me apartaba por zalamera, mientras se le caía la baba viendo a mi hermano.
Y ahora el cabrón de mi padre, que tiene casi 90 años y que quiere que le compre el Viagra para que se le ponga dura. Como le digo yo: " ¿ con quién vas a joder ? " y él responde que le traiga las pastillas, que con dinero siempre encontrará donde meterla. Y es que todo es un asco.
Mi marido, que siempre está fuera de casa y cuando llega, pasa por delante mío sin decir nada derecho a la nevera, abre una cerveza y se espatarra en el sofá sin ver la tele ni nada, como si estuviese narcotizado. Y de pronto, un grito: " Nena, a ver esa cena, joder que uno está trabajando como una bestia todo el día ". Claro y si le digo que mañana podíamos ir a la playa, me responde que me vaya sola, que para que quiero tanta playa, si estoy negra como un tizón y se me están ajando las tetas de tanto quererme poner morena.
Todos igual. Ahora la nena que dice que no quiere ser decoradora, que prefiere ser recepcionista de un hotel. O guía de turismo, que siempre puede conocer gente guapa y tal vez dar un braguetazo, que ella no va a pudrirse con un tío como papá y que si me siento sola, que salga con las amigas, que para que las quiero.
Todos me putean. La familia, ni nombrarla. En el trabajo, valiente hatajo de hijaputas, que se han puesto de acuerdo para que no pueda irme de vacaviones en verano y me quede sin playa, que para que quiero yo vacaciones en octubre. No se pensarán que me voy a ir a Cancún para morenear.
Por si fuera poco esta mañana me ha dado la turra el psiquiatra. Que él no me firma ningún informe para cambiar el puesto de trabajo. Que deje de hacerme la víctima y que afronte la vida como es. Que agarre el toro por los cuernos. ¿ Cuernos ?, esos se los voy a poner a mi marido cualquier día, a ver si se entera y se espabila un poco, que parece un saco de manteca. Y sigue el médico con el sermón, que como siga así ya sabe donde vuelvo, me firma el ingreso y me paso una temporadita en el psiquiátrico. ¿ Pero este mamón se creerá que estoy loca?. Yo lo único que necesito es que me dejen en paz y que me pueda ir de vacaciones cuando quiero.
Menos mal que me ha recetado una caja de Tranki. Bendito sea el Tranki. Además se ha debido de apiadar de mí y me ha largado una receta del retard de 3 miligramos. Tengo la caja en el bolsilo de la bata, meto la mano para asegurarme que está allí, de vez en cuando la acaricio por fuera y me siento más calmada. La saco, abro la caja y veo la fila de comprimidos tan iguales, tan brillantes. 30 pastillas que, si las uno a las que me quedan del Lexatín y un par de copas de Marie Brizard, me pondrán en la gloria. Y después que lloren todos estos, que digan que era buena, pero que estaba desequilibrada.
Ha llamado Marcial, mi marido. Que se va a tomar unas cervezas con los amigorros y que vaya cenando, que no sabe a que hora volverá. Seguro que acaban de putas, como siempre en el " Disco azul ". Pues se va a joder. No pienso cenar. Me prepararé un buen baño caliente y me llevaré las pastillas y el anís conmigo. tal vez así se arregle todo. Que lloren después, si quieren. Yo estaré riéndome de todos. No sé donde, pero estaré descojonándome de risa.

No hay comentarios: