miércoles, diciembre 27, 2006

LOLA


Lola no para de dar vueltas en la cama, no encuentra una postura cómoda y ya está harta de pelearse con la almohada y las sábanas. Nota el camisón totalmente enredado en las caderas, la boca pastosa y una sensación de ansiedad que le sube por el pecho. Enciende la luz de la mesilla y coge con desgana la novela que sacó el sábado de la Biblioteca pero no puede con ella, nota que el libro es de plomo y se le cae de las manos y, en lugar de adormecerla, todavia la pone más nerviosa. Lo cierra de golpe y prende un cigarrillo furiosa.
Son las tres de la madrugada. Enciende la tele que hay a los piés de su cama, le da la vuelta a todos los canales pero no hay nada más que basura. Y anoche en sueños le dió un manotazo a la pequeña radio que la acompaña bajo la almohada y la estrelló contra el suelo. Hoy con la tensión del trabajo en el hospital y el ajetreo de buscar los últimos regalos navideños, se olvidó de comprar una nueva. Ahora está nerviosa, no puede oir el programa de radio de madrugada en el que personas como ellas, solas a su pesar, llaman para contar sus historias más o menos inventadas, con el afán de compartirlas con otras soledades. Y hasta eso le falta hoy....¡¡¡ menudo dia ¡¡¡.
Se levanta, duda de darse o no un baño, pero a esas horas no le parece prudente, pues solo falta que la bruja del cuarto se depierte y empieze a dar con la escoba contra el techo. Enciende el ordenador, en los chat que frecuente no hay nadie conocido y se cansa de mandar saludos a la nada. Curiosea un blog al azar.
" Volar, vivir"
" ese deseo de volar, de saltar por encima de la barandilla y planear de modo suave como si se pudiese detener la gravedad, de sentir como el aire abraza todo tu cuerpo, ese vértigo que asciende de los piés a la cabeza...." . Joder, que gente más rara hay por ahí.
Siente unas ganas insoportables de hablar con alguien, de contarle a otra persona las marranadas que le ha hecho esta mañana la supervisora de su planta, una vez más le ha encasquetado el turno de Nochebuena pues " tu estás soltera y te da igual " o lo guerrera que es la familia de la 32-A que la han tenido todo el turno que si el gotero cae o no, que si la comida del hospital es una basura.....
Se quita el pijama, se calza los pantalones vaqueros y una sudadera. Coge el bolso y las llaves de su coche, comprueba que lleva la cartera con la documentación y las tarjetas de crédito y baja a la calle. Da un par de vueltas porque no recuerda donde dejó anoche su coche....lo ve en la esquina de la pasteleria. Monta en el coche, arranca y va por la avenida hacia la salida del pueblo, buscando la autovía.
Menos mal que hay poco tráfico en la madrugada. Odia conducir de noche. Poco más de diez minutos hasta tomar la desviacion que pone " Centro comercial " y llega a la gran explanada del aparcamiento, totalmente vacía a esas horas. Avanza despacio hasta la gasolinera que está en un extremo de la explanada y aparca delante de uno de los surtidores. Quita las llaves de contacto, coge el bolso, se envuelve en la bufanda y baja del coche. Gira un vistazo en torno y no ve un alma vivente.
Mete la tarjeta de crédito en uno de los surtidores y la máquina comienza su cháchara.
" Buenas noches, esta es la gasolinera de Carrefour, marque su numero y solicite el tipo de combustible.....". Lola sigue las intrucciones , selecciona la cantidad mínima de gasolina que puede pedir y mientras la máquina desgrana su cantinela, ella inicia la conversación que lleva tanto tiempo atragantada en su garganta.
Pasa de un tema a otro conversando con la máquina. Cuando acaba el servicio, vuelve a introducir la tarjeta de crédito y pide de nuevo el mínimo combustible. Y se reanuda la charla disparatada, soltando la verborrea de todo lo que lleva dentro.
Ya no cabe más gasolina en el depósito. Retira la tarjeta, cierra el depósito y se mete de nuevo al coche. Está helada...también se olvidó de traer los guantes de lana y nota las manos ateridas del metal helado.
Pero se siente relajada. Hay que reconocer que esa chica de la máquina tiene una voz muy amable, aunque chirria un poco. Arranca el coche y a pesar del frío que se ha metido dentro de ella, siente un calor extraño en el pecho. Ya no se siente tan sola. Quiere llegar cuanto antes a casa y meterse en la cama, porque siente como el sueño ronda sus parpados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

la soledad que siente Lola en el relato se corresponde con esa misma soledad que todos sentimos alguna vez en la vida, me ha impresionado el relato y me he visto reflejado en el
animo y sigue escribiendo relatos tan bellos como este