lunes, octubre 30, 2006

Servicio a domicilio


Pedro está apoyado con aspecto cansino en la barra del bar donde desayuna todos los días. Toma el último sorbo del café con leche y apura con la cucharilla las migas del croissant que han quedado en el fondo de la taza, mientras hojea sin prestar mucha atención las páginas deportivas del " ABC ". Ya es hora de abrir la tienda y se despìde del camarero con un vago gesto de su mano izquierda. Cruza la plaza del Dos de Mayo sorteando cascos de botella y mierda de perros, enfila la calle donde está el local, una mercería que ya era de su madre. Llega delante de " El dedal de oro ", levanta la persiana, quita la alarma y encienda las luces porque todavía hay mucha oscuridad en la calle. Lo primero que hace es enchufar el brasero eléctrico que está bajo la camilla para que se vaya caldeando la mercería antes de que baje su madre a media mañana y encienda la lamparita de aceite que está delante de la imagen de Santa Gema.
Pasa la escoba sin muchas ganas, arregla el mostrador, coloca unas cajas de cintas en su estante y se sienta a hacer tiempo antes de que llegue alguna vecina a comprar. Se encuentra cansado ya de mañana porque hoy en el gimnasio se ha metido mucha caña, pero es que nota como van aumentando poco a poco los " michelines " y hay que controlarlos si quiere seguir siendo Marcial " el amo de acero ".
Y es que la vida está muy jodida. Con la venta de botones y cremalleras a las vecinas del barrio apenas si saca para pagar el alquiler del local. Su madre ya está muy mayor, la colombiana que la cuida se lleva toda su pensión y hay muchos gastos que cubrir hasta llegar a final de mes. Pero un un día leyendo las secciones de anuncios por palabras se le ocurrió una idea. Convertirse en un azotador a domicilio pues también los pobres masoquistas tienen derecho a una buena ración de sexo a domicilio.
Antes de nada se puso al día con unas pelis pornos que se bajó de Internet y que procuró ver de madrugada para no alarmar a su madre, ni a Teresiana, la chica que la cuida. Tras unas sesiones intensivas de gimnasio y sus buenas dosis de anabolizantes, se compró el material adecuado en un sex-shop que está en un lateral de la Gran Vía. Máscaras y tangas de caucho, esposas y cuerdas, latigos y toda la parafernalia que le pareció necesaria para poner el negocio en marcha. Además en la mercería podía surtirte de imperdibles y de todos los elementos punzantres que pudiese necesitar y a precio de coste y para las pinzas de madera estaba el " todo a cien " vecino a su casa.
Imprimió en el ordenador carteles en ls que detallaba todos los servicios a prestar, con el número del movil reservado en exclusiva para los contactos y los pegó por todas las esquinas de Chueca. Muy rápido empezó a tener clientes para los fines de semana. En principio, era alguna persona solitaria y curiosa a la que procuraba dejar bien satisfecha y con el culo en carne viva para no poderse sentar en tres días. Pero pronto funcionó el boca a boca y se fué corriendo la voz de que Marcial azotaba de maravilla y tuvo que ampliar su radio de acción. Del centro pasó a la periferia y a los pueblos-dormitorio y de allí sio el salto a provincias. Cada vez se le hace más dificil explicarle a su madre porque se tiene que ir todos los fines de semana fuera de Madrid, menos mal que la pobre cada día está mas chocha y no se entera mucho. Y con el dinero que gana se ha podido permitir que Teresiana traiga una prima para relevarla los fines de semana.
Aunque tanto trajín lo está agotando.Todavía tiene agujetas en los brazos de la sesión del pasado fin de semana. Le tocó desplazarse a Venta de Baños en tren y allí, en una casa cerca de la Estación lo esperaba su cliente, un cincuentón calvo y gordo que lo recibió con un tanguita rosa y zapatos de tacón. De pronto apareció un amigo suyo que había venido de Palencia y pretendieron que les hiciese el trabajo a los dos por el precio de un servicio. Así que se tuvo que aplicar a conciencia y dejarlos medio escalabrados a los dos para que pagase cada uno la tarifa, amén de las dietas de hotel y desplazamiento.
Pero debieron de quedarse en el séptimo cielo porque al llegar a la puerta de la calle oyó una vocecita muy suave a través del interfono: " mi pantera, el domingo que viene, más...... ".
" Pues espera sentado, so puta, que el domingo que viene me llevo a mi madre a que rece con la vidente de El Escorial"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Absorto en los quehaceres, un sonido de la distante radio me envuelve mágicamente…
“Desde los tiempos más remotos
vuelan los ángeles guardianes,
siempre celosos de sus votos
contra atropellos y desmanes.
Junto a las cunas infantiles,
junto los tristes moribundos,
cuentan que velan los gentiles
seres con alas de otro mundo.

Cuando este ángel surca el cielo,
no hay nada que se le asemeje.
El fin de su apurado vuelo
es la sentencia de un hereje.
No se distraiga ni demore,
todo es ahora inoportuno.
Va rumbo al campo de las flores
donde la hoguera espera a Bruno.

Se lanza un ángel de la altura,
caída libre que da frío.
La orden de su jefatura
es descender hasta Dos Ríos.
Es 19 y también mayo,
monte de espuma y madre sierra,
cuando otro ángel a caballo
cae “con los pobres de la tierra”.

Dicen que al filo de la una
un angelote compasivo
pasó delante de la luna,
sobrevolando los olivos.
Y cuentan que con mala maña
fue tiroteado su abanico,
justo a la hora que en España
se nos mataba a Federico.

Un bello arcángel aletea
junto a un gran pájaro de hierro.
Procura que un hombre lo vea
para ahuyentar cien mil destierros.
Pero el arcángel se sofoca
y un ala azul se le lastima
y el ave negra abre la boca
cuando atraviesan Hiroshima.

Dejando un surco luminoso
por sobre Memphis, Tennessee,
pasó volando presuroso
un ser alado en frenesí.
Iba vistiéndose de luto,
iba llorando el querubín
e iba contando los minutos
de Dios y Martin Luther King.

El ángel pasa bajo un puente,
después rodea un rascacielos.
Parque Central, lleno de gente,
no se da cuenta de su vuelo.
Cuánta utopía será rota
y cuánta imaginación
cuando a la puerta del Dakota
las balas derriben a John.

Septiembre aúlla todavía
su doble saldo escalofriante.
Todo sucede un mismo día
gracias a un odio semejante.
Y el mismo ángel que allá en Chile
vio bombardear al presidente,
ve las dos torres con sus miles
cayendo inolvidablemente.

Desesperados, los querubes
toman los cielos de la tierra
y con sus lápices de nubes
pintan adioses a las guerras.
El mundo llena los balcones
y exclama al fin: esta es mi lucha,
pero el señor de los cañones
no mira al cielo ni lo escucha.

Pobres los ángeles urgentes
que nunca llegan a salvarnos.
¿Será que son incompetentes
o que no hay forma de ayudarnos?
Para evitarles más dolores
y cuentas del sicoanalista,
seamos un tilín mejores
y mucho menos egoístas.”
(S.Rodriguez – Cita con ángeles)


…somnoliento, varío el dial y me llegan coplillas que desparraman todo el arte gaditano…


“Como todos los domingos, mis dos hijos han venido,
con mis nueras y mis nietos a pasar juntos el día,
el más chico de los cuatro, ¡hay que ver lo que ha crecido!
¡que se parece el jodío, a mi difunta María!.
Hemos ido por el parque, lo monté en los caballitos
y vimos por la alameda los barquitos navegar.
Yo ya ni me acordaba de que hoy era San Serbando
y p’a celebrar mi santo, me invitaron a almorzar.
Más tarde, en casa de mi Consuelo,
vi la foto de mi boda y la más guapa de las novias
¡ay, cómo la echo de menos!.
Los niños, me dieron su regalito:
una bata p’a el invierno y dos cintas de flamenco
y nos tomamos el cafelito…
Me acercaron con el coche a la tercera edad,
casi me quedo dormío por la felicidad
y entre besos me dijeron: ¡que descanses, papá!,
¡hasta el próximo domingo!.
La enfermera, me comentó la enfermera:
- ¡Vamos p’a la cama ya,
que hoy tampoco vendrán
ni sus hijos ni sus nietos!
- Ciérreme la habitación,
déjeme con la ilusión,
de soñar con los cuervos,
de que sueñe con los cuervos”

(La Revolución, A.M.Ares)


…apagaré un poco la radio…buenas noches…dulces sueños