martes, enero 29, 2013

Jodida prisa



Esta idea me la ha pasado mi amigo Andrés. Y yo, que no le hago ascos a nada y que parasito a todo aquel se me acerque, he intentado darle forma. Veremos lo que sale.


Te pongas como te pongas, Esperancita, un minuto nunca es sesenta segundos. Al menos yo lo veo así. O sesenta minutos, una hora. Para nada, me lo vas a decir a mi que estoy hartita de mirar el reloj cada vez que mi Armando me deja sola y eso cada vez pasa con más frecuencia. Tengo desgastada la esfera del reloj de tanto mirar la hora o de acercarme a la cocina para ver si coincide y de allí al dormitorio para mirarla en ese radio despertador tan horterísíma que me trajo mi hermana de las vacaciones en La Manga. ¿ Pero tu te crees que me puede decir que le costó un pastón y por detrás pone que es de los chinos ? . Se pensará que estoy tonta.








 Pues a eso vamos, a que el tiempo nunca es lo mismo, todo depende del interés que tengas en que se mueva.  Y es que todo el mundo sabe que el tiempo dura lo que uno quiere que dure. Hay minutos que son una hora y horas que son segundos. Porque vamos a ver, ¿ que prisa tenía mi Andreita en salir y hacerme poner de parto a las veintiocho semanas, con lo abrigadita y bien alimentada que la tenía yo dentro de la tripa. Pero nada, le entró la urgencia por salir a este mundo y, de paso, hacernos la puñeta durante semanas y semanas, horas y horas a la puerta de incubadoras par que la enfermera nos dijera que parecía que ese día tampoco se iba a morir. Y así hasta que nos la llevamos a casa, al cabo de dos meses de agonía. Y esos dos meses sí que fueron eternos aunque ahora, a la vista de la guerra que da, ojalá se hubiese quedado allí dentro de por vida.




Y es que, me digo yo, ¿ porque coño tiene siempre que ir corriendo a todos los sitios?. A mi, que me gusta hacer las cosas con calma, despacito y buena letra que decía mi santa madre, me ha tocado una hija que es una sinrazón. Mamá que no llego al cole, mamá que es hora de ir al gimnasio, mamá que no seas pachorra. Tanto correr la muy jodida para ahora ser una parada más. Dos carreras, un máster  y una novia afgana, es lo que ha sacado en la vida de tanto correr. Pero, da igual, me toca a mi apechugar con ellas y darles de comer. Y aguantar a ese perrito pequinés que tienen, que no hace más que mear por los rincones, que mi Andreita dice que es para marcar su territorio.  ¿ O será el perro afgano y la novia pequinesa ?, es que no me aclaro. Pues a lo que voy, que ese jodido chucho  Pues se podía marcar el fandango y no mearme todos los bordes de las colchas, que después me toca a mi lavar y planchar. Y una ya no está para esto, que el tiempo sí que corre ahora que una va para vieja y ahora sí que parece que el tiempo se me escurre de las manos. Pues yo no tengo prisa para que me canten el gorigori, aunque eso lo oirán todos menos yo.






Y es que no entiendo a la gente. Mira, Espe bonita, ¿ recuerdas que hemos estado una semana en Tenerife, verdad ?. Pues mi Armando que es muy aplicado, porque eso no se lo puedo negar, aunque ahora me parece que se aplica mucho con esa compañera de trabajo que se pinta tanto y que parece más puta que las gallinas. Sí, esa, a la que su marido le dijo un día que bajaba a por tabaco y va para seis años que no ha vuelto. Pues eso, a lo que te voy, que mi Armando nos consiguió un viaje que era una ganga y nada, que me preparo el equipaje y vamos para Barajas y allí una locura, todo el mundo subiendo y bajando, dando carreras a lo largo de esas cintas que hay en el suelo y que se subes y te llevan como una reina, que te dan ganas de saludar a los que pasan como si fueses la reina de Inglaterra. Pues digo yo, si esas cintas son para que no te muevas, ¿ que prisa hay en correr a lo largo de ellas para llegar antes y quedarte de plantón una hora antes de subir al avión. Y esta es otra, la gente se planta haciendo cola ante el mostrador dos horas antes, de pie y más cansados que monas, para entrar los primeros en el avión si, te sientes donde te sientes, te van a llevar al destino. eso sí, como sardinas en banasta, pero este es otro tema.




Pues como te decía. Esto de la prisa me saca de quicio, nada como hacer las cosas a  su tiempo y que el tiempo dure lo que duraba toda la vida. Un minuto antes eran sesenta segundos y sesenta minutos una hora y veinticuatro horas un día. Pero eso era antes. ¿ Puedes creerte que el otro día me llamó Paqui para que la acompañase de tiendas, que empezaban las rebajas y yo siempre había visto en la tele esa señora que había hecho cola toda la noche ante la puerta de El Corte Inglés el día antes de las rebajas y qe cuando abrían la puerta ella entraba como un cohete y subía como un gamo hasta la cuarta planta y después salía en los telediarios bien abrigadita en el abrigo de visón que habría comprado por cuatro perras. Pues eso, que nos fuimos las dos y acabé asqueadita, todo el mundo corriendo como si se acabase el mundo y dos mujeres de nuestras edad que se peleaban agarrando un chal por cada extremo, como si se les fuese la vida en ello.
 Y ya te digo, ¿ pero que hora es?. Aquí me tienes empantanada dándole a la lengua como una boba y tengo hora en la " pelu " a las seis y cuarto. Y ya sabes como es mesié Matu que si te retrasas un poco se pone como una fiera y no me atiende. Y tu dirás que con estos pelos puedo esperar otra semana a que me den otra cita. Paga tu, perdona, que me voy corriendo o no llego.
Taxxxxxxxxxxxiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.....mierda, no para ninguno. Que no llegooooo....



2 comentarios:

xaby dijo...

Qué lokito estás, jajajjjjaaaa. Me he reído mucho mucho. Se puede llevar a la TV como monólogo, ánimo!

cal_2 dijo...

Xavy, eres único. Ya veo que te has dado un empacho a leer y comentar todas las últimas entradas.....con lectores tan fieles como tu, me doy por bien pagado......y a seguir haciendo locuras pequeñitas. Un abrazo grande