El Felixín y las plumas

Que Felixin es un tragón, siempre se ha dicho en casa. Desde que era niño y se comía todo lo que pillaba a mano, cada dos por tres tenía una entripada y la abuela Clemen intentaba purgarlo cuando estaba empachado pero, en cuanto se le pasaban los retortijones volvía a las andadas.
Pero esto de ahora ha sido más importante. En el número 15 de la calle Nogal se ha montado un revuelo tremendo porque la Martina ha descubierto que el niño le ha dado un buche al frasco de matar chinches. "

Veneno, que eso es puro veneno y al niño se le van a reventar las tripas ", gritaba reclamando la atención de la abuela Clemen que volvía con el capacho de paja con las cuatro cosas que había comprado al fiado donde la señora Eustoquia. Pronto se agolparon en elpatio todas las vecinas de la casa y alguna de los portales colindantes que vinieron al reclamo de la bronca. "Nada, que hay que hacerlo vomitar " decía una. Y otra reclamaba la presencia del practicante que vivía en la calle de la Niña Guapa.
La abuela Clemen tomó el mando operativo y lo primero que hizo fué arrancarle unas plumas a la gallina que criaban en el patio para la cena de Nochebuena. Esta protestó airada y se alejó picoteando entre la grava del suelo. La abuela se arremangó las sayas y pusó a horcajadas al niño entre sus piernas mientras le decía a la mujer del Eustoquio que preparase un puchero con el café de recuelo.
Después, forzando a que Felixín abriese la boca de un palmo le metió un par de plumas hasta el gazante para hacerlo vomitar. Pero que quieres, el niño se defendía como un jabato y protestaba que no quería vomitar porque había desayunado hacía poco. Por más intentos que hizo la abuela, el niño se resistió a arrojar el contenido del buche, mientras unos lagrimones como puños rodaban por sus mejillas para mezclarse con las babas que salían de la boca.
Y así acabó la historia. La abuela cansada y rabiosa, el niño hipando con el buche lleno y el corro de vecinas augurando lo peor. Pero se equivocaron, por suerte. Y aquí sigue el Felixín, dando guerra.