Once perros y algunos gatos. Final....de momento

Esto va para el curiosón de Oso Blandito que no sabe como se llaman los perros actuales.

Pronto hará cuatro años que nos trasladamos a vivir en el Levante con ánimo de cumplir nuestro viejo sueño de estar lo más cerca posible del Mediterráneo. La vieja Puck compartió con Alfonso la última semana en nuestra antigua casa, en ese momento ya totalmente vacía, pues todo estaba embalado en manos de la empresa que iba a hacernos la mudanza. Puck llegó a corretear por el nuevo jardín, vieja y achacosa ya, pero un día pilló abierta la puerta y como siempre había sido una trotona se fué para no volver. Pero es algo tan triste, que mejor dejar esto aparcado.
Y como teníamos casa nueva pero nos faltaban perros, nosotros que siempre habíamos estado acompañados de ellos, nos planteamos tapar los huecos dejados por los anteriores. Perros que acompañasen y, si se terciaba, nos sirviesen de ayuda, aunque estos que tenemos mucho me temo que si se presenta un problema, serán ls primeros en salir en busca de ayuda.

DANTE


Un poco cansados de lo mal que nos había ido con los perros de raza, nos planteamos que los siguientes serían callejeros. Vamos, lo que se llama un " mil leche " o, como decimos en Galicia, un " can de palleiro ". Paseando un día por el centro de Elche nos llamó la atención un cartel expuesto en la cristalera de una cafetería en la que la Protectora del Baix Vinalopó mostraba una serie de animales que buscaban casa. Entramos para informarnos y una camarera avisó de inmediato a la que parecía llevar el asunto. Yolanda, una persona de esas verdaderamente especial y que, en breve llegaría a convertirse en una maravillosa amiga.
El domingo siguiente nos citamos en una rotonda de la autovía próxima a casa para ver alguno de los animales que, entre los disponibles, podrían interesarnos. Al llegar nos esperaban ella y su marido junto a un viejo coche rojo. De alí salieron tres perros y uno de ellos, " Dante " de inmediato decidió que nos tenía que adoptar. Los otros dos pasaron de nosotros y se dedicaron a olisquear los bordillos, pero este se abalanzó sobre nosotros y empezó a hacernos fiestas y a lamernos. Estaba claro que quería dejar como fuese la jaula donde vivía y nosotros éramos la esperanza para ello.
El " Dante " es un podenco blanco, con manchas marrones claras, las greñas siempre tapándole los ojos y una cara de enloquecido total. Miedoso y broncas a un tiempo, desde el primer momento inició su guerra particular con los perros de la casa contígua con los que cada día monta bronca a horas fijas. Como todo perro procedente de una Protectora esta castrado, lo que confiere a sus ladridos un nervioso aire asopranado. Zalamero como es, en cuanto algún amigo llega a casa, es peligroso que le haga una caricia porque entonces ya no se aparta en todo el tiempo de él. Y si no le haces caso comienza a darte toquecitos con la pata delantera hasta que caes en su trampa.

Pequeña disgresión: En el lote que nos enseñaron Yolanda y Luis estaba otra perra pues se nos había ocurrido mandarla a Burgos a nuestro amigo Félix para que hiciese compañía a su madre, que pasaba hartas horas solas en casa. Una perrilla de lanas pequeña, ya bastante viejecita, muy dócil y que podía venir como anillo al dedo de dama de compañía. Y así ha sido. " Laika " alias " la Bonitona " se convirtió en la reina de la casa aunque nos salió un poco puta. Un día se la encontraron encerrada en una habitación de la casa con el perro de un vecino, el " Basilio ", Dios lo tenga en la gloria que, como se comprobó al cabo de un tiempo, la dejó preñada y bien preñada. Y de esa camada salió el nuevo " Siete ", alias " Currupipi ", el cual suele venir de colonias al Levante con nuestros perros, sus primos, cuando nosotros salimos de vacaciones.

PUCK


Al cabo de poco tiempo se presentaron estos amigos en casa con una perrita pequeña con idea de que al día siguiente la llevásemos al veterinario donde había que esterilizarla. Tomamos una cerveza y se fueron con ánimo de llegar al cine en Elche. En cuanto arrancó el coche la perra salió como un cohete por debajo de la verja del jardín y nosotros tras ella para hacerla volver. Se quedó plantada en un montículo a unos metros de casa y cada paso que dábamos hacia ella, la perra reculaba otros tantos para mantener la distancia, pero sin salir huyendo aunque sin permitirnos acercar a ella. No nos quedó más remedio que llamarlos otra vez y nos pasamos media hora plantados en el camino esperando a que volviesen, vigilándonos ella y nosotros sin llegar a alcanzarla.
Bajó Yolanda del coche, la perra echó a correr hacia ella y entramos todos en casa. Ya no hubo más intentos de fuga. Esa noche la perra, que todavía tenía otro nombre, la pasó en casa y cuando cenábamos me dijo Alfonso que podíamos quedarnos con ella. " Ya lo sabía yo, respondí, en cuanto la perra nos miró tenía claro que sería para nosotros ". Y así es.
Desde entonces se ha convertido en la reina indiscutible del cotarro. Es una perra pequeña con pelo corto blanco y manchas canelas por el lomo que yo pienso es el resultado de un cruce de perro, gato y mono titiritero. Lo de perro es obvio. Lo de gato es porque siempre busca el sitio más caliente de la casa para sestear o se echa al sol en la recogida durante el invierno. Lo de mono es porque, corre como una centella y lo mismo trepa al alto del olivo o de las palmeras echando los nidos de estorninos y de gorriones al suelo, que camina como un funambulista por lo alto de las verjas que rodean a casa. En un principio nos daba miedo que se escapase e intentamos tenerla atada cuando salíamos de casa ante la imposibilidad de blindar toda la finca hasta que nos dimos cuenta de que tenerla sujeta es como poner puertas al campo, algo imposible. Por eso entra y sale cuando quiere y todas las mañanas trepa monte arriba para hacer su circuito. Cuando nos acercamos con el coche a casa aparece como un cohete y comienza a dar botes como un muelle y ver aparecer y desaparecer su cabeza a través de la ventanilla. Una vez entramos en el jardín sale como una exhalación y reaparece donde menos se espera después de la pertinente bronca con el boxer de los vecinos de abajo.
Forma una pareja perfecta con el " Dante " y no paran de jugar entre ellos, aunque el perro siempre lleva las de perder. Pero con el tercero del grupo, del que voy a hablar ahora, las cosas no son así.

WALTHER


Este perro es un cocker canela más loco que las maracas de Machín como le pasa a la mayoría de los animales de su raza y cuya adquisición se la debemos al ex ministro Trillo Figueroa y la tragedia del Jacolet. Me explico.
Uno de los militares que murieron en ese desdichado accidente del cual todavía no han pagado los que deberían hacerlo ( y mucho me temo que no lo hagan jamás ) era hermano de una amiga nuestra. Su padres iban semana tras semana al cementerio a llevar flores a la que creían ser la tumba de sus hijos. Hasta que se descubrió que los restos que estaban alli no eran los de su hijo y cuando les trajeron los verdaderos se negaron a volver con más flores.
Para paliarlo sus hijos planearon regalarle un perro pero, al parecer, pronto se cansaron de cuidarlo y entonces a nuestros amigos no se les ocurrió otra cosa que endosárnoslo con eso de que teníamos sitio para cuidarlo. Lo trajeron un día y aquí sentó sus reales. Y que le vamos a hacer. Wlather es un perro gregario que está en todo momento bajó nuestos piés, pero que tiene un punto de locura que hace imposible controlarlo. Cuando entra en casa va como un cohete al vestidor en busca de una zapatilla abandonada y viene con ella en la boca como si fuese un trofeo. Pero hay de tí si intentas quitársela porque monta una bronca descomunal. Siempre está rezongando y no hay forma de que haga migas con los otros dos perros, sobre todo con " Dante ", con quien tiene montada su guerra particular. Va por libre y, lo peor de todo, me temo que este sea el único animal que se nos muera de viejo en casa.
Y hasta el próximo.