domingo, diciembre 20, 2009

Corazón de patata


" Mentira, mentira, mentira y más mentira, todo ha sido una gran mentira desde que nací, las personas llenan su boca de mentiras que endulzan con la sonrisa de sus ojos, pero nunca he oido más palabras sinceras que las que me decía mi madre y aún esas iban llenas de prohiciones, de miedo. No hagas esto que te pueden ver las vecinas, no digas palabrotas que el cura no me da la ropa para lavar. Y después todo igual, hasta el que crees mejor amigo te clava la espina. Como mi padre cuando me subía encima de la mesa de la cocina y me decia que me echase en sus brazos. Como se reía el muy cabrón cuando se apartaba dejándome caer al suelo. Para que no te fíes ni de tu padre, decía, que vete a saber si soy yo. Mentira, todo ha sido igual siempre igual, hasta el nombre que tengo no es nombre ni es nada ". El Peluso está sentado en el taburete ante el espejo del carromato, aplica con rabia una cara de maquillaje blanco a su cara y la extiende con cuidado de que no entre en sus ojos.
" Antes era el gran Peluso, nadie se acuerda ya que me bautizaron como Fermín, pero ahora no soy nadie más que uno de la comparsa de payasos que salen en la apoteosis final del circo. Cuando era el gran Peluso hasta el Torrebruno me sacó una vez en la tele aquella de Prado del Rey justo antes de la actuación de Raphael y ahora ya no tengo ni nombre cuando salgo a la pista ".
Coge una barra de labios y se da unos trazos sobre la boca, a modo de brochazos de sangre. Prende un cigarro que se pone en la boca, más parece masticarlo que fumar. " Mierda, que viejo estoy, los años se me han echado todos de golpe y no hay forma de volver atrás, ninguna máquina han inventado esos jodidos japones que haga retroceder el tiempo, cuando ahora me dicen feliz año nuevo, me cago en sus muertos, si es feliz año menos. Y siempre solo de aquí para allá, sin arraigo a nada ".
El Peluso se levanta con dificultad y vierte un poco de vino tinto en un vaso. Se lo bebe de un trago, se pasa el dorso de la mano por la boca y la retira sangrante. " Nunca una mujer me hizo caso, cuatro arrumacos mientras me sacaban las perras, para dejarme en la estacada, como esta mal nacida de la Tatiana. Mira que me lo decían los otros, que esa es muy joven, que esa trapecista esdemasiada mujer para tí, pero yo me cegué, son ya muchos años de estar solo y a nadie le amarga una caricia. Maldita sea, como me decía que quería cuidarme cuando no pusiese con mis huevos, prepararme sopas y ponches para la tos y yo la creí. Hasta que desapareció con el director de pista, y con ellos la recaudación del circo y las cuatro perras que escondía bajo el colchón ".
Se sienta de nuevo ante el espejo y acaba de maquillarse, ensombreciendo los ojos con manchones de carbón. Una lágrima cae lentamente trazando un riachuelo negro sobre su mejilla. " Ojalá tuviese el corazón de patata para que cuando me lo coman, pueda poner otro nuevo en su lugar. Esos que tanto inventan podían ponernos una cajita en el pecho que pudiesemos abrir fácilmente y guardar dentro un corazón de patata, un corazón de quita y pon que pudiesemos cambiar cada vez que nos lo destrocen. Pero nada, solo inventan para robar y para las guerras, para eso no faltan personas que saquen ideas de la cabeza ".
Se levanta con dificultad y avanza hacia la salida. Cierra la puerta pero no echa la llave " Quien va a robar recuerdos muertos, nadie quiere más tristeza de la que tiene encima ". Baja las escaleras y se sienta renqueando para ponerse los zapatones. Se levanta y da un traspiés, se apoya en el paraguas de flores para no caerse y aprieta la pera de goma conectada a la margarita de plástico de su solapa para ver si echa agua. " Todavía hay quien se rie con estas simplezas ". Avanza por entre los carromatos, pasa al lado de la jaula de los leones que huele a piel apolillada y a la paja mezclada con orón de las fieras. Es la hora de entrar a la pista y se ve rodeado de otros payasos sin nombre con él. De pronto siente que le dan un empujón y entra trastabilleando en la pista, se va de bruces al suelo y suenan las primeras carcajadas. " Nada da más alegria a esta gentuza que la desgracia de los demás ". Le ayudan a levantarse y comienzan los golpes entre los payasos, las chirigotas que hacen reir a la gente. Pero estalla la música de la banda con toda la fuerza, se escuchan risas en las gradas y todo el circo es un ascua de luz. Y el Peluso piensa que mientras hay risa, la vida sigue, aunque sea mentira.

1 comentario:

Anónimo dijo...

joder joder joder pues uno sabia que la vida era triste pero si que te has puwsto triste y melancolico,espero que solo sea en el relato.Una sonrisa y un corazon como el tuyo que esta para comerselo