jueves, enero 01, 2009

Feliz 2009, amigos


Cuando Andrés aprendió a hablar, su madre no estaba a su lado. Por eso, en lugar de " mamá " su primera palabra fue " Sszor ". Andrés era el pequeño de cuatro hermanos, aunque con los mayores apenas si tuvo relación pues se los habían repartido entre toda la familia. Ya se sabe, como se dice hoy día, los cuatro hermanos fueron el fruto de una pareja desectruturada. Mierda, que mal ha sonado siempre esta palabra. En plata: Su padre, antes de volatilizarse, se bebió todas las cosechas de Jumilla que se le pusieron a tiro y un día puso tierra por medio, perdiéndose vaya usted a saber por donde. Y en cuanto a la madre la habían metido en un psiquiátrico porque había dado en el tema de que estaba preñada por el Niño Jesús y que aquello no salía, que no rompía aguas. Como además se ponía algo agresiva con este motivo, tuvieron que darle pasaporte para uno de esos sitios donde se esconde a la gente que da quebradores de cabeza a las personas de bien.
Así que Andrés cuando comenzaba a dar los primeros pasos acabó por gracia del señor Juez de turno en el Centro de Atención para la Infancia, vulgo Hospicio. Allí cayó bajo la tutela de las monjitas de la Caridad y desde el primer momento Sor Antonia lo fué todo para él. Era tanta el hambre atrasada que traía que siempre tenía la boca abierta lo cual, unido a su carita afilada hizo que desde el primer momento lo conociesen como " Carpanta " igual que el personaje del tebeo.
Carita afilada, ojos vivos como lagartijas, un mechón rebelde coronando su rostro, un cuerpecito endeble y unas piernas como palillos completaban su imagen. En cuanto aprendió a caminar, adquirió la rara habilidad de colarse bajo el abrigo de cualquier adulto que se acercase a él. Entrabas en la sala de los niños pequeños y de pronto te dabas cuenta que lo tenías pegado a ti, bajo el abrigo o la chaqueta con el mismo ansia de cariño que demostraba con la comida. Tal vez alguno de los visitantes no se diese cuenta de su presencia y podría largarse del hospicio con él.
En cuanto creció un poco y salió de la tutela de los hábitos de la monja, Carpanta se convirtió en el saco de todas las hostias que se perdían en el centro. Sopapo sin dueño, seguro que acababa en sus mejillas. Patadas en el patio, zancadillas a la entrada del comedor o golpes en el lomo durante las misas, todo era para él.
De este modo, para poder sobrevivir en un medio tan hostil, aprendió a hacerse invisible. Pasaba por los patios como uan exhalación y se mimetizaba con el paisaje como las salamandras, para que los demás críos no se fijasen en él. Era tan pequeño, tan delgado que llegó a hacerse transparente y se diría que la luz del sol lo atravesaba como a las vidrieras de la capilla. Era tan anodino que hasta los gorriones se posaban en su cuerpo sin miedo alguno como si fuese un objeto del paisaje.
Y así, a fuerza de pasar desapercibido, podía entrar en todas partes y tan pronto se colaba en la despensa de donde salía con un par de tabletas de chocolate en el bolsillo, como se metía en la clausura de las monjas para espiarlas mientras se teñían el flequillo que asomaba bajo la toca, o se fajaban los pechos unas a otras con bandas de lienzo blanco para disimular las formas y no resaltasen bajo los hábitos.
Y a fuerza de pasar inadvertido no solo se hizo transparente, sino que se volvió liviano como una pluma y de un brinco saltaba encima de un armario o se perdía entre la copa del mimoso que había a la entrada del centro. El día del santo de la madre superiora se repartieron golosinas y globos después de comer un arroz con pollo delicioso. " Carpanta " hinchó el suyo y salió al patio con él.
Una violenta ráfaga de viento elevó por los aires un enorme globo carmesí y los gritos de los niños que jugaban al futbol alertaron a las monjas. Allá arriba, en el cielo azul, destacaba un globo y en el extremo de la cuerda, según como reflejase el sol, parecía mecerse el cuerpecillo de " Carpanta " que se iba en busca de un mundo mejor.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

que bomito ,que bonito te vas mejorando a ver cuando te decides .............

relatosweb dijo...

Muy chulo...leyéndolo se me vienen a la cabeza imágenes de posguerra, de orfanatos y de monjas y curas con hábito cuadrado...yu yu

Pero el cuentecillo...'magÑífico', como diría el Cloney en sus anuncios de Xpresso.

Un saludo

cal_2 dijo...

muchas gracias a los dos por los comentarios.
Un saludo

Anónimo dijo...

Este es el mejor de los últimos (y ha habido algunos muy buenos) que has escrito... y describe un sentimiento que muchos niños seguramente hoy todavía tienen cuando se encuentran en una institución que intenta sin éxito alguno sustituir a su casa. Una casa que, por desgracia no tienen...

Anónimo dijo...

Muy interesante tu blog
www.lavidaesdecolores.com