sábado, enero 16, 2010

Durante el estudio


Esta anecdota se la he oido contar varias veces a Alfonso. En la época en que trabajaba como profesor encargado del tiempo libre de los niños internos en el colegio, una mezcla de hospicio y de internado para críos de los pueblos limítrofes, había una cría encantadora, de unos ocho años de edad, muy menuda y pizpireta con una corona de rizos como la princesita de los cuentos de hadas y que materializó en él todo el resentimiento por sentirse allí internada, privada de la libertad de estar con su familia.
En el rato intermedio entre la salida de clases y la hora de la cena, cada profesor se reunía en su sala de estudios con el grupo de chicos con el que le tocaba trabajar. Y esta cría formaba parte del grupo de Alfonso.
Una tarde se le acercó muy melosa y puso una especie de goma de borrar fabricada con plastilina. " Para ti, Alfonso. Es un regalo ". " Gracias, ¿ que es ? ". Y ella respondió: " Una goma mágica que si te frotas con ella la cara, la borra y desapareces ".
Otro día puso sobre la mesa una figura de plastilina más elaborada. " Mira, es un dragón, te lo regalo para que te devore ".
Y en otra ocasión vuelve a poner sobre la mesa un nuevo regalo. Es una tumba hecha con plastilina, con su cruz incorporada y una tapa en el centro. La encantadora niña, con su voz mas dulce le dice : " es un regalo, levanta la tapa y mira lo que hay dentro ". Alfonso quita con cuidado la tapa de plastilina para no romperla y oye de nuevo a la niña " Mira, ahí dentro estás tu ".
Sin duda, que encantadores son los niños.....

2 comentarios:

Anónimo dijo...

sin comentarios

libre albedrío dijo...

Encantadores y un poco cabrones, cosa de la infancia....