jueves, febrero 21, 2008

Incomprensión


Don Lope López de la Lopera se considera un completo incomprendido en esta vida y no entiende como ninguna mujer, a sus ya 52 años bien cumplidos, no ha caido rendida ante sus múltiples encantos. Por más vueltas que le da a este asunto no consigue ninguna explicación para tal falta de interés por parte de las múltiples mujeres ante las que, de un modo más o menos velado, ha desplegado todas sus artes con ánimo de hacerlas caer rendiditas a sus piés. Todas las noches, después de releer una de las " Rimas " de Becquer, deposita con cuidado el libro sobre su mesilla, apaga la luz y medita en este tema hasta quedarse dormido plácidamente.
Todas las mañanas se despierta siempre con el ruido que hace Ramona en la cocina, trasteando con los caharros cuando preprara el desayuno para su madre y para él, mientras el aroma de chocolate recién hecho se cuela por debajo de la puerta. Se despereza con lentitud, sintiéndose feliz bajo la calidez del edredón, con la certeza de que le espera la dulce rutina de cada día.
Se levanta y se dirige al cuarto de baño para empezar el ritual de todas las mañanas. Se da una larga ducha, frotando su cuerpo con un aceite relajante y después se afeita con sumo cuidado, procurando que la navaja apure bien hasta el mínimo rastro de barba y dejando el bigote bien perfilado. Unas gotas de perfume y ya, con la bata de damasco por encima del pijama, camina hacia el comedor para desayunar con su madre como cada día. Ramona les sirve una taza de chocolante caliente a cada uno, su madre lo aclara con un chorrito de leche fría y hablan de vaguedades mientras terminan el desayuno. Lope enciende un cigarrillo y lo fuma voluptuosamente, disfrutando del momento.
Vuelve a su dormitorio, abre el gran armario de castaño y elige la ropa que va a ponerse ese día. Procura que todos los elementos conjunten bien y se mira en el gran espejo que hay en un ángulo de la alcoba para que todo quede como él desea.
Y como cada mañana empieza a desgranar en voz alta la misma letanía:
" Lope, eres alto,
Lope eres listo,
Lope eres bello,
Lope eres rico
Lope... ¿ que te falta ? "
Y cuando Lope va a añadir suspirando: " Lo que te falta es un amorrrrrrrr ", se abre la puerta de su dormitorio y su madre, asomando la cabeza dice con dulce tristeza, " Juicio, lo que te falta, es juicio "

3 comentarios:

redondeado dijo...

Jajajajajaa, qué bueno. Juicio, entre otras cosas...

Me he permitido la osadía de enlazarte en mi bitácora. Espero que no te moleste (si es así, no tienes más que decirlo). Tus relatos son interesantes, ojalá algún día tenga tantas cosas que escribir como tú.

Un abrazo,

Pablo.

Graciela dijo...

Hola, paso de visita por aqui y dejo un cálido abrazo desde Argentina para vos. hasta pronto!!!

cal_2 dijo...

chris, a traves de mi pagina personal tendras acceso ami correo. Gracia sy un saludo